sábado, 17 de febrero de 2018

¿Pública o privada?


En el rol de padres nos llegará el momento de decidir las distintas etapas educativas de nuestros hijos. La misma comienza en nuestro hogar y tiene que ver con todo el fundamento en valores, identidad y cultura inicial que la familia provee a los que son suyos. Esto crea un cimiento para quienes compondrán la sociedad en la que nos movemos y dejaremos a nuestra prole.
Pero llegará el día que nuestros hijos tengan que comenzar la escuela. O realizar el cambio de primaria a secundaria. Y en los tiempos actuales no suele ser una decisión que tomamos a la ligera si es que queremos seguir ofreciendo ese camino de buena educación a nuestros hijos.
Así que posiblemente en estos momentos pensemos...

¿Educación pública o privada?

Este artículo está pensado para poder ayudar en la decisión. Para balancear las opciones y tomar la correcta. Vamos a ser claros: no hay una respuesta única a esa pregunta. Lo que es bueno y recomendable para un estudiante (y su familia) puede no serlo en otro caso. No solo en cuestiones económicas sino también en su adaptación, los recursos necesarios, etc.
Para hacerlo más fácil, veamos tres puntos a partir de argumentos que muchas veces se esgrimen a la hora de discutir los dos tipos de educación. Estas frases son argumentadas muchas veces ante esta decisión y analizarlas nos será muy productivo.

"Le educación privada es muy cara".

En realidad, todas las opciones de educación implican ciertos gastos, incluso la educación pública. Gastos como transporte, útiles, uniformes, colaboraciones, dinero para asociaciones de padres, fotocopias, etc. son comunes en la educación pública. 
Si bien es cierto que la educación tiene un costo mensual, por lo general encontrará opciones adaptadas a sus necesidades y bolsillo. Y en relación a lo que se invierte podrá notar que lo que paga es justamente eso: una inversión en la educación de sus hijos.
A modo de ejemplo en la eventual necesidad tener que contar con profesores particulares cuando un hijo concurre a salas superpobladas y no logra comprender una materia... la idea de mantener grupos reducidos en instituciones privadas con atención más dedicada y sin clases faltantes reduce particulamente ese gasto en particular.

"En la educación privada los estudiantes pasan de año porque pagan".

El costo de matrículas y mensualidades no tiene relación con el pasaje de año. Si investigamos veremos que en instituciones privadas también hay estudiantes que deben rendir examen de ciertas materias y algunos que hasta deben volver a cursar un mismo año. 
Lo que sí se puede afirmar es que cuando usted elije un sistema privado e invierte en el, todos los que trabajan allí estarán muy interesados en el rendimiento y las necesidades de su hijo o hija. La atención será más dedicada y el seguimiento durante el año le dará a usted más herramientas para ayudar su educación.

"Los profesores de un instituto privado son los mismos que los de uno público".

Eso es cierto pues los profesores se preparan en los mismos centros de profesores y salvo pocas excepciones toman horas en liceos públicos antes o a la vez que en los privados. Pero quien administra un instituto privado tiene la posibilidad y requerimientos específicos para elegir cuales de todos esos profesores serán contratados. En un liceo público, los profesores eligen los grupos que estarán sus hijos. Mientras que en un privado la dirección elige a los profesores idóneos para sus hijos (por extensión, ya que usted puede solicitar información sobre quienes dictan clases en un instituto privado, también está eligiendo a sus profesores).
Esto deriva en la calidad y cantidad de clases que sus hijos tendrán. La calidad será supervisada contínuamente. Y la cantidad será la esperada en el año escolar, sin horas libres que afectan la escolaridad del estudiante y la inquietud de saber dónde están los estudiantes. Y esto último es algo que padres de distintos colegios privados agradecen contínuamente.
Sumado a esto, la institución privada suele incluir actividades, talleres y hasta cursos paralelos que complementan sustancialmente el nivel académico de los hijos que llevamos allí. Disciplinas deportivas, talleres de ciencia, idiomas y mucho más, que son un aporte extra muy valorado cuando el estudiante termina sus estudios y puede presentarlo como respaldo en su carrera académica.
 
Además de estos tres puntos mencionados, también destaca la comunicación permanente que los institutos privados desarrollan con los padres, manteniendo al tanto de las distintas actividades que se realizan, la atención personalizada y el apoyo contínuo al estudiante y sus familias. Ya sea en lo pedagógico como en el apoyo psicológico que se brinda en las distintas situaciones.
 
Y por otro lado, la contención brindada que se traduce en seguridad personal y apoyo académico. Las instalaciones son permanentemente adaptadas a las necesidades de los estudiantes, para que estudien en un ambiente cómodo y con las herramientas necesarias.
 
La educación privada no es un gasto si se lo mira teniendo en cuenta el enfoque correcto: es una inversión. Una inversión en favor de nuestros bienes más preciados: nuestros hijos.